La raza Segureña, que debe su nombre a la sierra y río Segura, comprende animales de formas alargadas, perfil fronto-nasal subconvexo y tamaño medio, con vellón de lana entrefina que se explota principalmente para la producción de carne, proporcionando corderos de alta calidad, con elevados rendimientos en matadero.
Origen e historia de la raza segureña
La raza ovina segureña se caracteriza principalmente por ser una raza de gran rusticidad y de gran adaptación al medio en que vive, medio que destaca por su dureza climatológica y baja pluviometría. Produce un cordero de gran calidad y de alto reconocimiento por parte del mercado. Destaca también por sus buenos datos reproductivos, ya que hay un alto porcentaje de animales que carecen de anoestro estacional.
Prototipo racial
El prototipo al que deben responder los ejemplares de la raza ovina segureña es el que a continuación se detalla:
Aspecto general: Perfil subconvexo en la hembra, que se hace convexo en los machos. De proporciones longilíneas y tamaño variable según áreas de explotación en que se explota. Marcado dimorfismo sexual.
Cabeza: De tamaño medio en armonía con el volumen del cuerpo, se encuentra desprovista de lana. Sin cuernos en ambos sexos. De línea fronto-nasal subconvexa en hembras, más acentuada en machos, haciéndose más ostensible a nivel de la región nasal. Orejas de medio tamaño, horizontales o ligeramente caídas. Orbitas desdibujadas con gotera lacrimal.
Cuello: Proporcionado, sin pliegues ni expresión de papada. Con o sin mamellas.
Tronco: Largo y profundo. Cruz ligeramente destacada. Línea dorsolumbar preferentemente horizontal. Grupa amplia ligeramente inclinada. Tórax profundo. Pecho ancho y redondeado. Vientre de buenas proporciones. Mamas de igual tamaño en sus dos partes, globosas y desprovistas de lana.
Testículos: Simétricos y de tamaño y situación, con la piel de las bolsas totalmente deslanadas. Se acepta el horquillado.
Extremidades: Bien aplomadas y de longitud en armonía con el desarrollo del cuerpo. Espalda bien unida al tronco. Nalgas y músculos con perfil subconvexo. Carpos, tarsos y radios
finos y fuertes. Pezuñas simétricas y fuertes.
Piel y mucosas: piel fina y sin pliegues, con las zonas desprovistas de lana cubiertas de pelo. En la hembra se toleran pigmentaciones negras y marrones en cabeza y radios distales de extremidades, siempre que sean moteadas, sin formar manchas y su número sea discreto. Se tenderá a la eliminación. En los machos no se admiten dichas pigmentaciones.
Vellón: de color blanco uniforme. Se extiende al tronco, llegando en el cuello sólo hasta la nuca y deja descubierto, como mínimo, el tercio anterior del borde traqueal. En las extremidades anteriores podrá alcanzar hasta su tercio superior, y en las posteriores, los dos tercios de la pierna. El vientre, en los animales adultos, generalmente se halla descubierto de lana.
Las mechas son de forma rectangular. Se acepta la existencia de pelo o fibras meduladas en el interior del vellón.
Formato y desarrollo: La gran diferencia que existe entre los medios en que se desenvuelve la raza hace que exista una gran variación en el tamaño de los ejemplares de las mismas. No obstante, se puede cifrar entre 60 y 90 kg en los machos y 40-60 kg para las hembras.
Variedades: A efectos de esta reglamentación se admiten dos morfotipos: “Blanca”, que responde a la descripción hecha anteriormente y “Rubisca” de características morfológicas, funcionales y genéticas similares, a excepción del color de la piel, que se presenta con pigmentaciones en forma de manchas rubias, de diferente tamaño, que en ocasiones alcanza gran extensión y se ponen de manifiesto en las zonas desprovistas de lana, principalmente en cabeza y extremidades.
Reproducción
La raza Segureña es un animal de buena precocidad sexual. General mente en la zona llana, se cubre por primera vez a la edad de diez – doce meses. Sin embargo, se ha contrastado en un rebaño muy bien alimentado, que el primer parto se realiza a los doce – catorce meses en casi un 80 por 100 de los efectivos.
La prolificidad es buena, pudiendo cifrarla en 135 corderos por cada 100 partos, si bien existen rebaños seleccionados en los que se llegan a alcanzar 175 corderos por cada 100 partos.
El intervalo entre partos es variable. Sin embargo, con los nuevos sistemas de explotación en que los corderos son destetados precozmente, se puede cifrar dicho intervalo en ocho meses, lo que permite obtener tres partos en dos años. Teniendo en cuenta dos aspectos, prolificidad e intervalo entre partos, se pone de manifiesto la posibilidad de obtener dos corderos nacidos por oveja y año.
La vida útil es relativamente corta, siendo desviejadas alrededor de los siete años de edad. Ello, como consecuencia de haber perdido de forma prematura los incisivos, debido, en gran parte, al pasto corto y duro que sirve como base de su alimentación.
Posee buenos índices de crecimiento. Con pesos de 3,5 – 5 kilos al nacimiento, adquieren los 11 -12 kilos a los treinta días y los 28 kilos o mas a los noventa días. Se comporta muy bien en cebadero, con ganancias medias diarias entre 280 y 300 gramos, para pesos comprendidos entre 12 y 30 kilos.
Producción de carne
La oveja Segureña produce corderos de alta calidad, sacrificados con pesos en vivo variables que oscilan entre 24 y 30 kilos, alimentados con leche materna y pienso en el aprisco. Los corderos de raza Segureña, se caracterizan por su alto rendimiento en el matadero, rendimiento medio del 51 %. A ello contribuye, en gran parte, al bajo peso de la piel., que representa próximo al 8 % del peso en vivo. Cabe destacar las excelentes características de la canal. De color rosada, y con un grado de engrasamiento idóneo. Es muy solicitada en el mercado levantino y catalán.